miércoles, 30 de septiembre de 2015

PLATÓ. GRAUS DE CONEIXEMENT. SÍMIL DE LA LÍNIA.

PLATÓ. GRAUS DE CONEIXEMENT.
 SÍMIL DE LA LÍNIA. 







República VI: El símil de la línea  (Rep., 510a-511e)


--Ahora bien, también sabes que, para las más de las gentes, el bien es el placer; y para los más ilustrados, el conocimiento.

--¿Cómo no?

--Y también, mi querido amigo, que quienes tal opinan no pueden indicar qué clase de conocimiento, sino que al fin se ven obligados a decir que el del bien.

--Lo cual es muy gracioso --dijo.

--¿Cómo no va a serlo --dije--, si después de echarnos en cara que no conocemos el bien nos hablan luego como a quien lo conoce? En efecto, dicen que es el conocimiento del bien, como si comprendiéramos nosotros lo que quieren decir cuando pronuncian el nombre del bien.

--Tienes mucha razón --dijo.

--¿Y los que definen el bien como el placer? ¿Acaso no incurren en un extravío no menor que el de los otros? ¿No se ven también éstos obligados a convenir en que existen placeres malos?

--En efecto.
--Les acontece, pues, creo yo, el convenir en que las mismas cosas son buenas y malas. ¿No es eso?
--¿Qué otra cosa va a ser?
--¿Es, pues, evidente, que hay muchas y grandes dudas sobre esto?
--¿Cómo no?
--¿Y qué? ¿No es evidente también que mientras con respecto a lo justo y lo bello hay muchos que, optando por la apariencia, prefieren hacer y tener lo que lo parezca, aunque no lo sea, en cambio, con respecto a lo bueno, a nadie le basta con poseer lo que parezca serlo, sino que buscan todos la realidad, desdeñando en ese caso la apariencia?
--Efectivamente --dijo.
--Pues bien, esto que persigue y con miras a lo cual obra siempre toda alma, que, aun presintiendo que ello es algo, no puede, en su perplejidad, darse suficiente cuenta de lo que es ni guiarse por un criterio tan seguro como en lo relativo a otras cosas, por lo cual pierde también las ventajas que pudiera haber obtenido de ellas… ¿Consideraremos, pues, necesario que los más excelentes ciudadanos, a quienes vamos a confiar todas las cosas, permanezcan en semejante oscuridad con respecto a un bien tan preciado y grande?
--En modo alguno --dijo.
--En efecto, creo yo --dije-- que las cosas justas y hermosas de las que no se sabe en qué respecto son buenas no tendrán un guardián que valga gran cosa en aquel que ignore este extremo; y auguro que nadie las conocerá suficientemente mientras no lo sepa.
--Bien auguras --dijo.
--¿No tendremos, pues, una comunidad perfectamente organizada cuando la guarde un guardián conocedor de estas cosas?
--Es forzoso --dijo--. 
--Pero tú, Sócrates, ¿dices que el bien es el conocimiento, o que es el placer, o que es alguna otra distinta de éstas?
--¡Vaya con el hombre! --exclamé--. Bien se veía desde hace rato que no te ibas a contentar con lo que opinaran los demás acerca de ello.
--Porque no me parece bien, ¡oh Sócrates! --dijo--, que quien durante tanto tiempo se ha ocupado de estos asuntos pueda exponer las opiniones de los demás, pero no las suyas.
--¿Pues qué? --dije yo--. ¿Te parece bien que hable uno de las cosas que no sabe como si las supiese?
--No como si las supiese --dijo--, pero sí que acceda a exponer, en calidad de opinión, lo que él opina.
--¿Y qué? ¿No te has dado cuenta --dije-- de que las opiniones sin conocimiento son todas defectuosas? Pues las mejores de entre ellas son ciegas. ¿O crees que difieren en algo de unos ciegos que van por buen camino aquellos que profesan una opinión recta pero sin conocimiento?
--En nada --dijo.
--¿Quieres, entonces, ver cosas feas, ciegas y tuertas, cuando podrías oírlas claras y hermosas de labios de otros?
--¡Por Zeus! --dijo Glaucón--. No te detengas, ¡oh Sócrates!, como si hubieses llegado ya al final. A nosotros nos basta que, como nos explicaste lo que eran la justicia, templanza y demás virtudes, del mismo modo nos expliques igualmente lo que es el bien.
--También yo, compañero, --dije--, me daría por plenamente satisfecho. Pero no sea que resulte incapaz de hacerlo y provoque vuestras risas con mis torpes esfuerzos. En fin, dejemos por ahora, mis bienaventurados amigos, lo que pueda ser el bien en sí, pues me parece un tema demasiado elevado para que, con el impulso que llevamos ahora, podamos llegar en este momento a mi concepción acerca de ello. En cambio, estoy dispuesto a hablaros de algo que parece ser hijo del bien y asemejarse sumamente a él; eso si a vosotros os agrada, y si no, lo dejamos.
--Háblanos, pues --dijo--. Otra vez nos pagarás tu deuda con la descripción del padre.
--¡Ojalá --dije-- pudiera yo pagarla y vosotros percibirla entera en vez de contentaros, como ahora, con los intereses! En fin, llevaos, pues, este hijo del bien en sí, este interés producido por él, mas cuidad de que yo no os engañe involuntariamente, pagándoos los réditos en moneda falsa.
--Tendremos todo el cuidado posible --dijo--. Pero habla ya. 
--Sí --contesté--, pero después de haberme puesto de acuerdo con vosotros y de haberos recordado lo que se ha dicho antes y se había dicho ya muchas otras veces.
--¿Qué? --dijo.
--Afirmamos y definimos en nuestra argumentación --dije-- la existencia de muchas cosas buenas y muchas cosas hermosas y muchas también de cada una de las demás clases.
--En efecto, así lo afirmamos.
--Y que existe, por otra parte, lo bello en sí y lo bueno en sí; y del mismo modo, con respecto a todas las cosas que antes definíamos como múltiples, consideramos, por el contrario, cada una de ellas como correspondiente a una sola idea, cuya unidad suponemos, y llamamos a cada cosa «aquello que es».
--Tal sucede.
--Y de lo múltiple decimos que es visto, pero no concebido, y de las ideas, en cambio, que son concebidas, pero no vistas.
--En absoluto.
--Ahora bien, ¿con qué parte de nosotros vemos lo que es visto?
--Con la vista --dijo.
--¿Y no percibimos --dije-- por el oído lo que se oye y por medio de los demás sentidos todo lo que se percibe?
--¿Cómo no?
--¿No has observado --dije-- de cuánta mayor generosidad usó el artífice de los sentidos para con la facultad de ver y ser visto?
--No, en modo alguno --dijo.
--Pues considera lo siguiente: ¿existe alguna cosa de especie distinta que les sea necesaria al oído para oír o a la voz para ser oída; algún tercer elemento en ausencia del cual no podrá oír el uno ni ser oída la otra?
--Ninguna --dijo.
--Y creo también --dije yo-- que hay muchas otras facultades, por no decir todas, que no necesitan de nada semejante. ¿O puedes tú citarme alguna?
--No, por cierto --dijo.
--Y en cuanto a la facultad de ver y ser visto, ¿no te has dado cuenta de que ésta sí que necesita?
--¿Cómo?
--Porque aunque, habiendo vista en los ojos, quiera su poseedor usar de ella, y aunque esté presente el color en las cosas, sabes muy bien que si no se añade la tercera especie particularmente constituida para este mismo objeto, ni la vista verá nada ni los colores serán visibles.
--¿Y qué es eso --dijo-- a que te refieres?
--Aquello --contesté-- a lo que tú llamas luz.
--Tienes razón --dijo.
--No es pequeña, pues, la medida en que, por lo que toca a excelencia, supera el lazo de unión entre el sentido de la vista y la facultad de ser visto a los que forman las demás uniones; a no ser que la luz sea algo despreciable.
--No --dijo--; está muy lejos de serlo.
--¿Y a cuál de los dioses del cielo puedes indicar como dueño de estas cosas y productor de la luz, por medio de la cual vemos nosotros y son vistos los objetos con la mayor perfección posible?
--Al mismo --dijo-- que tú y los demás, pues es evidente que preguntas por el sol.
--Ahora bien, ¿no se encuentra la vista en la siguiente relación con respecto a este dios?
--¿En cuál?
--No es sol la vista en sí, ni tampoco el órgano en que se produce, al cual llamamos ojo.
--No, en efecto.
--Pero éste es, por lo menos, el más parecido al sol, creo yo, de entre los órganos de los sentidos.
--Con mucho.
--Y el poder que tiene, ¿no lo posee como algo dispensado por el sol en forma de una especie de emanación?
--En un todo.
--¿Más no es así que el sol no es visión, sino que siendo causante de ésta, es percibido por ella misma?
--Así es --dijo.
--Pues bien, he aquí --continué-- lo que puedes decir que yo designaba como hijo del bien, engendrado por éste a su semejanza como algo que, en la región visible, se comporta, con respecto a la visión y a lo visto, del mismo modo que aquél en la región inteligible con respecto a la inteligencia y a lo aprehendido por ella.
--¿Cómo? --dijo--. Explícamelo algo más.
--¿No sabes --dije--, con respecto a los ojos, que, cuando no se les dirige a aquello sobre cuyos colores se extienda la luz del sol, sino a lo que alcanzan las sombras nocturnas, ven con dificultad y parecen casi ciegos, como si no hubiera en ellos visión clara?
--Efectivamente --dijo.
--En cambio, cuando ven perfectamente lo que el sol ilumina, se muestra, creo yo, que esa visión existe en aquellos mismos ojos.
--¿Cómo no?
--Pues bien, considera del mismo modo lo siguiente con respecto al alma. Cuando ésta fija su atención sobre un objeto iluminado por la verdad y el ser, entonces lo comprende y conoce y demuestra tener inteligencia; pero cuando la fija en algo que está envuelto en penumbras, que nace o perece, entonces, como no ve bien, el alma no hace más que concebir opiniones siempre cambiantes y parece hallarse privada de toda inteligencia.
--Tal parece, en efecto.
--Puedes, por tanto, decir que lo que proporciona la verdad a los objetos del conocimiento y la facultad de conocer al que conoce, es la idea del bien a la cual debes concebir como objeto del conocimiento pero también como causa de la ciencia y de la verdad; y así, por muy hermosas que sean ambas cosas, el conocimiento y la verdad, juzgarás rectamente si consideras esa idea como otra cosa distinta y más hermosa todavía que ellas. Y en cuanto al conocimiento y la verdad, del mismo modo que en aquel otro mundo se puede creer que la luz y la visión se parecen al sol, pero no que sean el mismo sol, del mismo modo en éste es acertado el considerar que uno y otra son semejantes al bien, pero no lo es el tener a uno cualquiera de los dos por el bien mismo, pues es mucho mayor todavía la consideración que se debe a la naturaleza del bien.
--¡Qué inefable belleza --dijo-- le atribuyes! Pues, siendo fuente del conocimiento y la verdad, supera a ambos, según tú, en hermosura. No creo, pues, que lo vayas a identificar con el placer.
--Ten tu lengua --dije--. Pero continúa considerando su imagen de la manera siguiente.
--¿Cómo?
--Del sol dirás, creo yo, que no sólo proporciona a las cosas que son vistas la facultad de serlo, sino también la generación, el crecimiento y la alimentación; sin embargo, él no es generación.
--¿Cómo había de serlo?
--Del mismo modo puedes afirmar que a las cosas inteligibles no sólo les adviene por obra del bien su cualidad de inteligibles, sino también se les añaden, por obra también de aquél, el ser y la esencia; sin embargo, el bien no es esencia, sino algo que está todavía por encima de aquélla en cuanto a dignidad y poder.
Entonces Glaucón dijo con mucha gracia:
--¡Por Apolo! ¡Qué maravillosa superioridad!
--Tú tienes la culpa --dije--, porque me has obligado a decir lo que opinaba acerca de ello.
--Y no te detengas en modo alguno-- dijo--. Sigue exponiéndonos, si no otra cosa, al menos la analogía con respecto al sol, si es que te queda algo que decir.
--Desde luego --dije--; es mucho lo que me queda.
--Pues bien --dijo--, no te dejes ni lo más insignificante.
--Me temo --contesté-- que sea mucho lo que me deje. Sin embargo, no omitiré de intento nada que pueda ser dicho en esta ocasión.
--No, no lo hagas --dijo.
--Pues bien --dije--, observa que, como decíamos, son dos, y que reinan, el uno en el género y región inteligibles, y el otro, en cambio, en la visible; y no digo que en el cielo para que no creas que juego con el vocablo. Sea como sea, ¿tienes ante ti esas dos especies, la visible y la inteligible?
--Las tengo.
--Toma, pues,una línea que esté cortada en dos segmentos desiguales y vuelve a cortar cada uno de los segmentos, el del género visible y el del inteligible, siguiendo la misma proporción. Entonces tendrás, clasificados según la mayor claridad u oscuridad de cada uno: en el mundo visible, un primer segmento, el de las imágenes. Llamo imágenes ante todo a las sombras y, en segundo lugar, a las figuras que se forman en el agua y en todo lo que es compacto, pulido y brillante y a otras cosas semejantes, si es que me entiendes.
--Sí que te entiendo.
--En el segundo pon aquello de lo cual esto es imagen: los animales que nos rodean, todas las plantas y el género entero de las cosas fabricadas
--Lo pongo --dijo.
--Accederías acaso --dije yo-- a reconocer que lo visible se divide, en proporción a la verdad o a la carencia de ella, de modo que la imagen se halle, con respecto a aquello que imita, en la misma relación en que lo opinado con respecto a lo conocido?
--Desde luego que accedo --dijo.
--Considera, pues, ahora de qué modo hay que dividir el segmento de lo inteligible.
--Cómo?
--De modo que el alma se vea obligada a buscar la una de las partes sirviéndose, como de imágenes, de aquellas cosas que antes eran imitadas, partiendo de hipótesis y encaminándose así, no hacia el principio, sino hacia la conclusión; y la segunda ,partiendo también de una hipótesis, pero para llegar a un principio no hipotético y llevando a cabo su investigación con la sola ayuda de las ideas tomadas en sí mismas y sin valerse de las imágenes a que en la búsqueda de aquello recurría.
--No he comprendido de modo suficiente --dijo-- eso de que hablas.
--Pues lo diré otra vez --contesté--. Y lo entenderás mejor después del siguiente preámbulo. Creo que sabes que quienes se ocupan de geometría, aritmética y otros estudios similares dan por supuestos los números impares y pares, las figuras, tres clases de ángulos y otras cosas emparentadas con éstas y distintas en cada caso; las adoptan como hipótesis, procediendo igual que si las conocieran, y no se creen ya en el deber de dar ninguna explicación ni a sí mismos ni a los demás con respecto a lo que consideran como evidente para todos, y de ahí es de donde parten las sucesivas y consecuentes deducciones que les llevan finalmente a aquello cuya investigación se proponían.
--Sé perfectamente todo eso --dijo.
--Y no sabes también que se sirven de figuras visibles acerca de las cuales discurren, pero no pensando en ellas mismas, sino en aquello a que ellas se parecen, discurriendo, por ejemplo, acerca del cuadrado en sí y de su diagonal, pero no acerca del que ellos dibujan, e igualmente en los demás casos; y que así, las cosas modeladas y trazadas por ellos, de que son imágenes las sombras y reflejos producidos en el agua, las emplean, de modo que sean a su vez imágenes, en su deseo de ver aquellas cosas en si que no pueden ser vistas de otra manera sino por medio del pensamiento?
--Tienes razón --dijo.
--Y así, de esta clase de objetos decía yo que era inteligible, pero que en su investigación se ve el alma obligada a servirse de hipótesis y, como no puede remontarse por encima de éstas, no se encamina al principio, sino que usa como imágenes aquellos mismos objetos, imitados a su vez por comparación con éstos, son también ellos estimados y honrados como cosas palpables.
--Ya comprendo --dijo-- te refieres a lo que se hace en geometría y en las ciencias afines a ella.
--Pues bien, aprende ahora que sitúo en el segundo segmento de la región inteligible aquello a que alcanza por sí misma la razón valiéndose del poder dialéctico y considerando las hipótesis no como principios, sino como verdaderas hipótesis, es decir, peldaos y trampolines que la eleven hasta lo no hipotético, hasta el principio de todo; y una vez haya llegado a éste, irá pasando de una a otra de las deducciones que de él dependen hasta que de ese modo descienda a la conclusión sin recurrir en absoluto a nada sensible, antes bien, usando solamente de las ideas tomadas en sí mismas, pasando de una a otra y terminando en las ideas.
--Ya me doy cuenta --dijo--, aunque no perfectamente, pues me parece muy grande la empresa a que te refieres, de que lo que intentas es dejar sentado que es más clara la visión del ser y de lo inteligible que proporciona la ciencia dialéctica que la que proporcionan las llamadas artes, a las cuales sirven de principios las hipótesis; pues, aunque quienes las estudian se ven obligados a contemplar los objetos por medio del pensamiento y no de los sentidos, sin embargo, como no investigan remontándose al principio, sino partiendo de hipótesis, por eso te parece a ti que no adquieren conocimiento de esos objetos que son, empero, inteligibles cuando están en relación con un principio. Y creo también que a la operación de los geómetras y demás la llamas pensamiento, pero no conocimiento, porque el pensamiento es algo que está entre la simple creencia y el conocimiento.
--Lo has entendido --dije-- con toda perfección. Ahora aplícame a los cuatro segmentos estas cuatro operaciones que realiza el alma: la inteligencia, al más elevado; el pensamiento, al segundo; al tercero dale el de la creencia y al último la imaginación; y ponlos en ese orden,considerando que cada uno de ellos participa tanto más de la claridad cuanto más participen de la verdad los objetos a que se aplica.
--Ya lo comprendo --dijo--; estoy de acuerdo y los ordeno como dices.
________________________________________









PLATÓ: TªDE LES IDEES. MÓN DE LES COSES (PARTICULARS) VERSUS MÓN IDEES (UNIVERSAL)

PLATÓTEORIA DE LES IDEES






TEORIA DE LES IDEES.

És el nucli del pensament platònic; quan Plató es planteja que és l'ésser troba en la filosofia presocràtica la polèmica Heràclit-Parmènides sobre el canvi. Heràclit havia afirmat que el canvi era el logos (raó) mentre que Parmènides en el seu poema havia narrat la impossibilitat del canvi. Després, Sòcrates, oposant-se al relativisme dels sofistes, havia afirmat que cada home té un coneixement correcte de les idees ètiques i que aquest universals morals (idees ètiques) eren innates (intel.lectualisme moral socràtic).
Plató recull aquestes tres aportacions (més el pitagorisme) a la seva teoria de les idees. El problema del Platonisme és explicar que és el real; que és allò que és en si mateix.
Per Plató, la resposta al problema de l´ésser exigeix un esforç racional de distingir entre dues menes de realitats amb dos objectius diferents.
Per una banda, hi ha un Món intel·ligible (Cosmos Noetos) que és el món de les formes pures i que constitueix la realitat en sentit fort. Per altra banda, hi ha un Món sensible o Cosmos Aiszetós que és el món de les coses, el món dels fets, el món de la matèria, en el qual els objectes són còpia, imatge o reproducció de les formes pures (Idea).
El món que coneixem pels sentits (món sensible, cosmos Aiszetós)és una còpia d’un altre món: el món de les idees. En el món de les Idees es troben les formes pures ( és a dir, els models perfectes, universals i ètics).Les idees per Plató són allò objectiu, allò real en sentit ple, gaudeixen de totes les perfeccions de l´Ésser. Són úniques (per això podem parlar de LA Veritat, EL Bé, LA Justícia,..) són eternes (alienes al temps: el que ahir era just ho serà també avui i demà) i són indivisibles. Plató suposa que el món de les idees hi ha un model de perfecció, una forma pura que els objectes del món material copien, imiten o participen d’una forma més o menys perfecte. És per això que només hi pot haver ciència (saber rigorós) en el món intel·ligible i que en canvi el món sensible és només pura opinió. En el món sensible les coses que percebem pels sentits tenen diversos graus de perfecció. Són més o menys semblants a la Idea, en canvi, la perfecció de les Idees és absoluta.
En l´esquema podem resumir, les diferències entre el món sensible i el món intel.ligible de la següent manera:

MÓN INTEL·LIGIBLE MÓN SENSIBLE

-Coneixement intel·lectual (Raó, episteme) -Coneixement sensible (imatges, opinió, doxa)
Captació estructures matemàtiques. -Incapacitat captació estructures matemàtiques
-Essencies intel.ligibles i realitats permanents -Essers corruptibles i mutables immutables.
-Parmènides -Heràclit
-Principi d’unitat. -Pluralitat i dispersió.
-Èssers en sí -Participació, imatge,còpia de les Idees
-Unitat -Multiplicitat
-Idees -Coses.
En Plató trobem sempre una radical necessitat d´ordre. No seria possible entendre la diferència entre món sensible si prèviament no afirméssim que existeix un món intel·ligible que unifica i dóna ordre a la pluralitat i dispersió de les coses sensibles.
El món sensible és el que percebem pels sentits. Allà trobem les coses belles, els actes justos,..etc.És a dir, diversos graus de la bellesa o de la justícia que són realitat intel·ligibles. El món sensible es aparença, pluralitat, dispersió, però no seria possible comprendre aquesta diversitat de la matèria si no existís un concepte, una idea que la unifiqués." El món sensible és contingència (pot existir o no existir). En canvi el món intel·ligible és necessitat.
Per arribar al món intel·ligible només hi ha un camí. El camí és la perfecció de l’ànima a través de la dialèctica.
El món intel·ligible no el podem conèixer a través dels sentits perquè és espiritual. Per passar del sensible a l’intel·ligible cal un procés de purificació de l’ànima que s´anomena dialèctica ascendent.
En el Llibre VII de La República que és el llibre en el que se'ns explica el mite de la Caverna, apareix el tema de la dialèctica ascendent, a través de l’al.legoria de la línia, que és el procés a través del qual l’ànima se separa del sensible i progressa envers el coneixement de les idees.
El procés de pujada, ascensió del món sensible al món intel.ligible, s´anomena dialèctica ascendent i a través d´ell arribem al coneixement de les idees pures, de la raó. Però la dialèctica ascendent serveix per fer posteriorment un procés de dialèctica descendent (de caire antropològic).

TRES IDEES BÀSIQUES EN PLATÓ
· Idea de Bé: entre les idees pures, la superior és el Bé. El Bé és la idea de la raó per excel·lència. Plató utilitza la paraula agathon que no vol dir només el que nosaltres entenem per bé moral o acció bona sinó a més significa excel.lència màxima i també el que és escaient o apropiat. La idea de Bé aplicada al món social i a la política s´identifica amb la idea de Justícia. [Justícia= Bé].
Plató compara la idea de Bé amb el Sol. El Sol il·lumina i dóna vida a totes les coses. També la idea de bé il.lumina i dóna sentit a totes les altrs Idees.
El Bé proporciona existència, identitat i perfecció a totes les coses cognoscibles.
És el principi de perfecció de les coses. Les idees són bones, expresen el Bé. El Bé no és una idea com les altres. Vindria a ser una super-idea ja que és el principi i la fonamentació de totes les altres.
Eros: Per sota de la idea de Bé hi ha la ides de Eros (amor). L’amor ens porta al coneixement del Bé perquè les idees són bones.
· L’amor és la força que ens porta al coneixement i el motor de la dialèctica ascendent.Progressem en el coneixement perquè estimem les idees.
· Hi ha dos tipus d´amor diferent:
1º L´amor als cossos, aquest no és l´amor autèntic perquè el cos pertany al món sensible i tot el que pertany al món sensible és degradat i inferior (Afrodita Pandèmia és el seu símbol).
2º Hi ha un tipus d´amor suprem: l´amor de l'ànima. És l´amor superior a través de l´amor de les ànimes arribem a l´amor de les Idees. El seu símbol és Afrodita Urània. Les coses sensibles manifesten part de la seva bellesa que provoca en nosaltres l´Eros. L´amor o l´apetència de la bellesa mateixa. Totes les coses aspiren per l´Eros el seu arquetipus o model que és la forma pura, és a dir, a la representació ideal d´elles mateixes.
L’ànima humana aspira també a la realització del seu ideal però, com que l’ànima és de naturalesa espiritual, la seva màxima perfecció (el seu bé) és la vida intel·lectual, el coneixement i la ciència. Això omple de sentit l´etimologia de la paraula filo/sofos (amor a la saviesa). L'amor màxim és l'amor a la filosofia. L´amor més pur és l´amor a les idees. Al diàlegEl Banquet es presenta el procés ascendent de l'amor: comencem estimant els cossos bells, es passa de l'amor dels cossos a l'amor a les ànimes i de l'amor a les ànimes a l'amor a les Idees.
L'Amor en Plató té l'estructura contrària a la de l'Amor cristià (els cristians mai no parlen d'Eros, sinó d'Agape). Per a Plató l'amor va de baix a dalt. Per als cristians va de dalt (Déu) a baix (homes). Els homes ens hem d'estimar perquè Déu ens estima fins al final.
Idea de Unitat: D'origen pitagòric. La Unitat apareix com una característica fonamental de la idea de bé. El bé és U, si una cosa és bona és una. Cada idea unifica múltiples coses, còpies d´ella. Ara bé, les idees són al seu torn múltiples. Per tant, necessitem la idea d’unitat per unificar la multiplicitat de les Idees. Per sota de la idea de unitat hi ha les idees de polaritat que són aquelles en que una implica l´altre. Idees de polaritat són per exemple: Igual/desigual, idèntic/diferent, moviment/repòs, Generació/corrupció.

EL PROBLEMA DEL BÉ
La Idea del Bé és l'objecte últim del coneixement filosòfic; sense la visió del Bé al capdamunt de la recerca de la veritat, la filosofia estaria mancada d'una visió de conjunt, que li permet relligar tots els coneixements (matemàtica, astronomia, música...) i sobretot relligar les idees que la dialèctica permet copsar.
El Bé és causa universal: Al llibre VII de la República, Plató ens diu que el Bé és la causa de l'ordre i de la bellesa en el món. El Bé és, efectivament, allò que disposa les coses per al millor, i que els dóna un ordre i un sentit. El Bé ordena les coses amb intel·ligència. No podriem comprendre l'ordre intel·ligent del món sensible (celestial i terrestre) per una combinació fortuïta dels seus elements materials. Només les realitats immaterials (les Idees o formes pures), poden donar forma, ordre i sentit a la matèria del món sensible. Però al mateix temps les Idees que formen el món intel·ligible, només existeixen i tenen sentit en relació al Bé. El Bé és la Idea que uneix les Idees entre elles, la finalitat a la qual tendeixen el món intel·ligible i el món sensible.
El Bé constitueix el fi que persegueix qualsevol ésser. I aquest Bé és còsmic: només cal pensar, per exemple, a què tendeixen els astres divins en llurs revolucions. Segons Plató també els astres aspiren a reproduir el que és bo i perfecte. El més petit ésser vivent cerca també el seu Bé; és a dir, pretén reproduir i perpetuar la vida, o dit d'una altra manera, pretén convertir-la en eterna i immortal. I en l'home?. Cadascú de nosaltres desitja també el Bé, però s'atura en béns petits, limitats (el bé de la salut, el bé dels honors, els béns materials...). El bé de l'ànima només pot consistir a elevar-se fins a la contemplació del Bé. I la contemplació del Bé (el sol en el mite de la caverna), és per al filòsof l'objecte últim de la ciència de les idees que anomenem també la dialèctica.
La dialèctica i el Bé: La contemplació del Bé és imprescindible al filòsof, si no vol convertir la dialèctica en un joc gratuït i estèril. L'ànima no pot tenir una intel·ligència perfecta de la Justícia, de la Bellesa, o de qualsevol de les altres Idees, si no s'adona del que les relliga unes amb les altres. No hi podria haver comprensió de la Justícia, per exemple, si la separéssim de totes les altres Idees (la virtut, el coratge, la temprança, però també la Bellesa i totes les altres idees). Separada del món intel·ligible que és d'on treu la seva llum, una Idea no podria ser plenament coneguda per l'ànima. La llum de les idees prové de la idea de Bé, que ho il·lumina tot. Altrament dit, el progrés dialèctic en la recerca de la veritat (de les veritables realitats que són les Idees), ha de conduir a còpia de preguntes i respostes a la Idea pura i perfecta, de la qual depenen totes les altres: la Idea de Bé.
El Bé és, alhora, font de les Idees i font per a l'ànima de llur intel·ligibilitat [si l'ànima coneix les Idees és perquè són bones] El Bé és a la vegada la finalitat de la recerca de la saviesa i la font de la saviesa. Per dir-ho d'una altra manera: el Bé designa Déu. És al mateix temps terme suprem del coneixement i garantia última de la veritat d'aquest coneixement. Però no és un Déu mitològic o astral, o un objecte de culte determinat. El Bé no és quelcom que s'ha de creure cegament per arribar al principi de la filosofia, sinó quelcom que s'assoleix per un procés llarg de coneixement. Arribar a la Idea de Bé és el sentit últim de l'impuls que ens porta a filosofar. Així podem comprendre més plenament l'afirmació de Sòcrates segons la qual ser dolent és ser ignorant; efectivament ignorar la Idea de Bé és desconèixer també la font de tota moralitat.
Només qui coneix el Bé pot actuar bé i ser un bon ciutadà. Per això el governant (filòsof-rei) ha de ser el primer especialista en la Idea de Bé.

Pel.lícula:
"Blade Runner"
  La pel·lícula descriu un futur en el qual els anomenats replicants, éssers fabricats a través de l'enginyeria genètica, fan els treballs perillosos i degradants a les "colònies exteriors" de la Terra. Aquests replicants són fabricats per Tyrell Corporation; per tal de ser "més humans que els humans", especialment en el cas dels models Nexus-6, s'assemblen físicament als humans, tenen més agilitat i força física, però manquen de la mateixa resposta emocional i d'empatia. Els replicants van ser declarats il·legals en el planeta Terra després d'una revolta sagnant. Un cos especial de la policia, els blade runners, s'encarrega de rastrejar i matar els replicants fugitius que es troben a la Terra. A la pel·lícula, es demana a un blade runner semiretirat, Deckard, que s'enfronti a un grup de replicants particularment brutal i hàbil que ha arribat a Los Angeles.




Pel.lícula: 
Ghost in the shell

 Ambientada en el segle XXIGhost in the Shell (GitS para abreujar) es presenta en una primera lectura com un thriller futurista d'espionatge, al narrar les missions de Motoko Kusanagi, la Comandant a càrrec de les operacions encobertes de la "Secció Policial de Seguretat pública 9" o simplement "Secció 9", especialitzada en crims tecnològics. La mateixa Kusanagi és un cyborg, un cervell humà en un cos artificial, el que li permet ser capaç de realitzar fetes sobrehumanes especialment requerides per la seua labor.




WEBGRAFIA:

http://www.alcoberro.info/planes/plato.htm

http://magufilosofia.bligoo.com.co/media/users/18/920399/images/public/197838/1341362960580-Sin_t_tulo.png?v=1341362986596

http://ca.wikipedia.org/wiki/Blade_Runner 

http://ca.wikipedia.org/wiki/Ghost_in_the_Shell 

https://www.youtube.com/results?search_query=ghost+in+the+shell+opening&oq=Ghost+in+the&gs_l=youtube.1.2.0l10.536.7464.0.9301.28.13.9.6.10.0.118.974.12j1.13.0...0.0...1ac.1.11.youtube.QGcqUCPn284 

  https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=BvlRS9hsOb4

 

NOTA PERSONAL:

ATENA

http://blocs.xtec.cat/enraonar/files/2011/08/PLAT%C3%93-rep%C3%BAblica-catal%C3%A0-II-IV-VI

jueves, 24 de septiembre de 2015

PLATÓ: EL MITE DEL CARRO ALAT (Diàleg "Fedre", 246a)

plEL MITE DEL CARRO ALAT
(Diàleg "Fedre", 246a)






Els mites tenen, en el pensament de Plató, el poder d’endinsar-nos en el cor d’una qüestió complexa i de difícil accés. I, certament, la qüestió de l’ànima resulta encara ara un tema complex i difícil d’estudiar. El mite del carro alat apareix en el diàleg de maduresa Fedre.

El mite compara l’ànima humana a un carro alat o “força en la qual van naturalment units un auriga i una parella de cavallats alts” . L’auriga condueix un carro tirat per una parella de cavalls un els quals és blanc, bell i bo; l’altre, negre, lleig i dolent. El cavall blanc simbolitza les tendències positives de l’home, les passions nobles com el coratge o valor, la ira, l’esperança; s’acostuma a anomenar part irascible de l’ànima i està localitzada en el pit. El cavall negre simbolitza les tendències negatives de l’home, els desitjos més baixos, l’instint de conservació, la sexualitat; s’acostuma a anomenar part concupiscible de l’home i està localitzada en el ventre. L’auriga simbolitza la capacitat intel•lectual de l’home o pensament, s’acostuma a anomenar part racional i està localitzada en el cap.

L’ànima, simbolitzada en el carro alat, viu i es mou en el món de les idees; aquest és el seu lloc i casa seva. Si l’auriga controla la parella de cavalls, li serà possible, gràcies al poder propi de les ales, d’enlairar-se ben amunt i gaudir de la contemplació de les idees. Ara bé, si, altrament, els cavalls se li revolten i no sap enlairar-los, ho tindrà tan difícil per contemplar les idees com inepte sigui en la conducció.

De vegades,m una manca de domini de la parella de cavalls fa perdre l’equilibri i l’ànima, perdent també les ales, cau al món de les coses. Allà, “s’agafa a alguna cosa sòlida, on s’estableix, i pren un cos terrestres” (246a). Aquesta ànima caiguda, sense ales i empresonada en un cos terrestre, es troba estranya i fora del seu element. El seu anhel més gran és retornar al seu món original.

El retorn de l’ànima al seu món natural requereix de fer renéixer les ales. Només aquestes ales li permetran d’enlairar-se novament. Però, què fa renéixer les ales? Doncs bé, l’amor té un paper fonamental, ja que no és cap altra cosa que anhel i desig d’allò que no tenim, però que hem tingut.


Ànima tripartida i virtuts ètiques.

El mite del carro alat ens mostra l’ànima com una força, com una entitat dinàmica que integra tres parts: la racional o intel•lectiva, la irascible o de les tendències positives i la concupiscible o de les tendències negatives. Doncs bé, l’ètica platònica es basa en aquesta divisió tripartida de l’ànima. Plató parla de tres virtuts que es corresponen a les tres parts de l’ànima: la saviesa, la fortalesa i la temperança. Finalment, si cada part fa amb excel•lència o virtut allò que li és adequat, aleshores hi ha harmonia en l’ànima. Aquesta harmonia o equilibri entre les parts de l’ànima és el que Plató anomena justícia.
Una ànima té la virtut de la saviesa quan la part racional desenvolupa excel•lentment la seva funció. Una ànima té la virtut de la fortalesa quan la seva part irascible dóna valor a l’ànima i la capacita per a afrontar totes les situacions. Una ànima és temperada quan la seva part concupiscible està controlada i no pertorba l’individu.
 



Menyspreu del cos.

La ciència és possible sense la col•laboració del cos.
La informació sensorial és deficient.
L’ésser humà és bàsicament la seva ànima
No és el cos el que ha de controlar l’ànima, sinó l’ànima la que ha de controlar el cos.
Una societat estructurada en classes socials.

Els homes no són éssers autosuficients. L’origen de la polis rau en la impotència individual per a satisfer les pròpies necessitats. Per al grec antic, la societat és la responsable de la supervivència i la felicitat dels ciutadans. Ara bé, la societat no és res més que el conjunt d’individus organitzats i jerarquitzats en classes. A partir d’aquí, Plató parla de la conveniència de tres classes socials: la dels treballadors, la dels militars i la dels governants.

 

Classe
Funció
Treballadors
No exerceix cap activitat política: no és aquesta la seva tasca. Els treballadors han d’oferir a la polis, a la totalitat dels seus membres, els recursos indispensables i suficients, però no més, per a satisfer les necessitats bàsiques. El seu comportament ha d’estar caracteritzat per la temperança en la producció. Artesans, pagesos, pastors i cuiners; comerciants, empresaris i navegants; i també poetes, músics i preceptors; tots plegats constitueixen la classe socials dels treballadors.
Militars
Serà la que protegirà i defensarà la polis tant de qualsevol enemic extern com de qualsevol conflicte o aldarull intern; la seva valentia, l’excel·lència pròpia, farà possible aquesta protecció.
Governants.
Serà l’única que exercirà el poder polític de prendre decisions. La constituirà la classe de les persones sàvies, de les persones que han accedit al coneixement i contemplació de les idees, especialment de la idea de justícia, d’ordre i d’Estat. Aquesta classe es nodrirà de la classe dels militars, d’aquells militars millors, dels qui hagin superat una llarga selecció. És la classe dels governants-filòsofs.

MITE DELS METALLS

La República, III


Però, qui i com determinarà a quina classe pertany cada individu? Segons Plató, la pròpia naturalesa i caràcter personal ens predisposa i ens fa especialment aptes per a un determinat tipus de tasques. Els individus no són iguals, però aquesta desigualtat no es basa en criteris externs, com ara la capacitat econòmica, sinó en criteris més naturals, com la capacitat física i, especialment, la intel•lectual. Amb un altre mite, el dels metalls, Plató defensa la naturalesa diferent de cada individu: hi ha individus formats d’or, altres de plata i altres que tenen una composició de bronze o ferro. Corresponen a cadascuna d’aquestes tipologies d’individus una funció diferent. En això, l’Estat o societat ha de seguir la naturalesa,

En Plató, aquesta estructura tripartida de l’Estat és paral•lela a l’estructura tripartida de l’ànima. En l’ànima hi ha justícia quan cadascuna de les parts que la componen realitza allò que li és propi. Anàlogament, en la polis hi ha justícia quan cada classe realitza, com a membres d’un sol cos, allò que li correspon en funció de la seva pròpia naturalesa. Només aleshores hi haurà a la polis ordre i harmonia.
 


Analogia entre ànima humana (microcosmos) i la polis (macrocosmos)

 

Imatge mítica de l’ànima
Localització anatòmica
Parts de l’ànima
Excel·lència o virtut ètica i política
Classes socials
Funció
Raça mítica
Auriga
Cap
Racional
Saviesa
Governants
Dirigir
D’or
Cavall blanc
Pit
Irascible
Fortalesa
Militars
Protegir
De plata
Cavall negre
Ventre
Concupiscible
Temperança
Treballadors
Proveir
De bronze o ferro
La justícia, màxima virtut, està directament relacionada amb l’harmonia i equilibri de cadascuna de les parts que componen l’individu i la societat. En el cas concret de l’Estat, la justícia dependrà del fet que els governants governin sàviament i que els governats es deixin conduir pels primers. En aquesta harmonia i equilibri resideix la justícia i, per tant, la felicitat, bondat de tots i cadascun dels individus.

La justícia és fer el que toca. Plató diu textualment que “la justícia consisteix a fer cadascú el que li és propi sense barrejar-se en els assumptes dels altres”. (Cada peça al seu lloc)
Jerarquia de règims polítics.

L’Estat perfecte que Plató suggereix és un Estat utòpic. Es tracta d’un Estat aristocràtic en el sentit més original del mot aristocràtic: d’aristos, “els millors”, mot emparentat amb areté, “excel•lència”, i de kratós, “poder, força”.

En el llibre VIII de La República parla d’altres règims polítics que són quatre possibles malalties de l’Estat o degeneracions de l’Estat perfecte o aristocràcia.


 

Malaltia de l’Estat
Formes d’Estat
Origen
Governants
Característiques
Timocràcia
Degeneració de l’aristocràcia
Els homes d’acció, la classe dels militars
Es caracteritza per l’ambició de la classe militar que no mira pel bé i la felicitat comuns, sinó per la prosperitat personal
Oligarquia
Degeneració de la timocràcia
La classe dels poderosos i adinerats
Es caracteritza per la cobdícia de la classe dirigent, que només busca el propi enriquiment. Aquesta classe es converteix en explotadora de les altres
Democràcia
Degeneració de l’oligarquia
El poble
Es caracteritza per la llibertat i la igualtat. Això no és positiu, tal com podríem pensar, ja que tothom fa i diu el que vol. A més, els pobres s’igualen als rics, els ignorants als savis, els corruptes als virtuosos. La direcció de l’Estat no es reserva a les mans més preparades i millors.
Tirania
Degeneració de la democràcia
Un líder ambiciós i carismàtic
És la degeneració política extrema, conseqüència de les baralles i guerres civils fruits de la democràcia. En aquest clima d’inestabilitat, s’alça un “salvador” que s’acaba convertint en omnipotent, corrompent i atemorint els altres


PLATÓ. LA REPÚBLICA. CAPÍTOL VII. "EL MITE DE LA CAVERNA". SÈRIE TV3 "MERLÍ"

PLATÓ. LA REPÚBLICA. 
CAPÍTOL VII. "EL MITE DE LA CAVERNA".

Plató: el mite de la caverna, un retrat d'ahir i d'avui 


1. La imatge platònica de la condició humana

Plató (Atenes, -428/-347) és un dels pensadors més originals i influents de tota la Filosofia Occidental: la seva obra defineix un dels dos grans eixos que guien i travessen tota la història del pensament humà. Amb seductora bellesa literària i amb profunda mirada filosòfica, fa brollar, en els seus diàlegs, els grans problemes o qüestions que mai han deixat d'inquietar als humans.
Podríem afirma que en l'estrany i bell mite de la caverna es concentra el més profund de tot el seu pensament. El mite, fent ús d'imatges dotades d'una gran força descriptiva, pretén mostrar-nos la seva visió de la natura humana, la seva coneguda teoria de les idees, el dolorós procés mitjançant el qual els humans arribem al coneixement, etc. El mite, ple de sublims metàfores i obert a pluralitat d'interpretacions, és font permanent d'inspiració per als artistes i per als pensadors en general.

En el mite, Plató relata l'existència d'uns homes captius des del naixement a l'interior d'una fosca caverna. Presoners no sols de les ombres obscures pròpies dels habitacles subterranis, sinó, també, lligats de cames i coll, de manera que han de mirar sempre endavant a causa de les cadenes sense poder mai girar el cap. La llum que il•lumina l'antre la reben d'un foc encès darrera d'ells, enlairat i distant.
Arribats aquí, Plató, per boca de Sòcrates, ens diu que imaginem entre el foc i els encadenats un camí elevat al llarg del qual s'ha construït un mur, per aquest camí hi passen uns homes que porten tota mena de figures que els sobrepassen, unes amb forma humana i d'altres amb forma d'animal; aquests vianants que transporten estàtues a vegades enraonen i a vegades callen. Els captius, amb els caps immòbils, no han vist res més que les ombres projectades pel foc al fons de la caverna -talment una pantalla de cinema per on es belluguen ombres xineses- i s'arriben a creure, mancats d'una educació diferent, que allò que veuen no són ombres, sinó objectes reals, la mateixa realitat.

En aquestes, Glaucó, l'interlocutor de Sòcrates, afirma que està absolutament convençut que els encadenats no poden considerar altra cosa vertadera que les ombres dels objectes. A causa de l'obnubilació dels sentits i l'ofuscació mental estan condemnats a prendre per vertaderes totes i cadascuna de les coses falses. Un cop Sòcrates ha comprovat que Glaucó l'ha entès, que s'ha après bé la lliçó, li explica que si un d'aquests captius fos alliberat i sortís al món exterior tindria greus dificultats per adaptar-se a la llum enlluernadora del sol; d'antuvi, per no quedar encegat, cercaria les ombres i les coses reflectides a l'aigua; més endavant i de manera gradual s'acostumaria a mirar els objectes mateixos i a la fi descobriria tota la bellesa del cosmos. Astorat, s'adonaria que pot contemplar amb nitidesa les coses, apreciar-les amb tota la riquesa policroma i en l'esplendor de les seves figures.
No acaba aquí el mite, sinó que Sòcrates fa entrar de nou el presoner a l'interior de la caverna perquè doni la bona notícia a aquella gent presonera de la foscor i esclavitzada, tot fent-la joiosament participar del gran descobriment que acaba de fer, alhora que ha de procurar convèncer-la que viu en l'engany, en la més aclaparadora falsedat. Infructuós intent, aquells pobres alienats des de la infància per l'obscuritat de l'antre el prenen per un boig i es riuen d'ell. Fins i tot, Sòcrates afirma que si algú intentés deslligar-los i fer-los pujar per la costeruda ascensió cap a la boca de la caverna, si el poguessin prendre amb les seves pròpies mans i el poguessin matar, el matarien; així són els presoners: ignorants, incultes i violents. 


Resum adaptat de l'article d'Agustí Casanova,

titulat El mite de la caverna, Diari de Girona, 23-11-1994.

2. L'actualitat del retrat platònic

Els quatre àmbits o espais del mite de la caverna mostren diferents situacions de la nostra actual condició.
1r En la caverna, els encadenats mirant les ombres 
No és la nostra vida una existència encadenada? Naixem en una societat no elegida, amb una estructura social ben travada, amb unes ideologies, un llenguatge, uns costums.



I nosaltres, encadenats a la nostra societat, veiem com van desfilant als nostres ulls unes ombres. No és una desfilada d'aparences la televisió? I el cinema —Plató en seria l'inventor— no és un seguit d'imatges i no de realitats? Aquestes ombres encanten als presoners, creuen que són la realitat. I que feliços que són en el seu engany! Que bé que s'hi està mirant la televisió!

2n Es deslliura de les cadenes

Però Plató introdueix una nota d'optimisme: l'encadenat —no sabem com— es deslliura o el deslliuren de les cadenes. Qui deslliga?


És possible, en la nostra societat, que un presoner se senti insatisfet, que dubti, que qüestioni les seves cadenes. És possible arribar a descobrir el muntatge, descobrir que en la nostra societat hi ha molta mentida i simulació. Hi ha uns homes i uns artefactes que produeixen engany: publicitat, informació filtrada, ...


Què és el que podia motivar la insatisfacció o el dubte del presoner? Els enganyadors segueixen incessantment el seu camí traçat i enganyador. Estan també ells encadenats?

3r El camí abrupte i costerós d'ascensió

El foc —l'electricitat, la tècnica— és el que possibilita aquest enorme muntatge. Amb el descobriment del foc l'home comença el seu camí de superació.


Qui ha organitzat aquest gran muntatge? Aquesta complicada mentida? Quina és la intenció de l'engany múltiple? Existeix un enganyador no enganyat?


Quan el presoner s'allibera de les seves cadenes, aleshores pot començar el llarg i costerós camí d'emancipació, d'alliberament. 


4t La sortida al món exterior i "real"

Després d'un dolorós camí d'ascensió, el presoner arriba a entreveure la vertadera realitat. Què vol dir "vertadera realitat"? Quina és la "vertadera realitat" en la nostra societat? 


Quan hom descobreix el gran muntatge i surt de l'engany, ha de tornar a dins, informar i alliberar els seus antics companys? Una disjuntiva moral! Què feu Sòcrates?


Adaptació feta a partir de l'article d'Emilio Lledó,
Lecturas de un mito filosófico, Resurgimiento, núm. 1, 1980.


Mito de la caverna (Rep. VII, 514a-518e)


Después de eso —proseguí— compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos. 

—Me lo imagino.

—Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan sombras que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra, madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan.
—Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
—Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?
—Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.
—¿No sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del tabique?
—Indudablemente.
—Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ve?
—Necesariamente.
—Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos?
—¡Por Zeus que sí!
—¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados?
—Es de toda necesidad.
—Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz y, al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio, está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora?
—Mucho más verdaderas.
—Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que se le muestran?
—Así es.
—Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del Sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos?
—Por cierto al menos inmediatamente.
—Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar miraría con mayor facilidad las sombras y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el Sol y la luz del Sol.
—Sin duda.
—Finalmente pienso, podría percibir el Sol no ya en imágenes en el agua o en otros lugares que le son extraños, sino contemplarlo cómo es en sí y por sí, en su propio ámbito.
—Necesariamente.
—Después de lo cual concluiría con respecto al Sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto.
—Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones.
—Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?
—Por cierto.
—Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y que envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien le pasaría como al Aquiles de Homero, y «prefiriría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida?
—Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.
—Piensa ahora esto, si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del Sol?
—Sin duda.
—Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasto lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
—Seguramente.
—Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada-prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.
—Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible.
—Mira también si lo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes han llegado allí no estén dispuestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino que sus almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natural, si la alegoría descrita es correcta también en esto.
—Muy natural.
—Tampoco sería extraño que alguien que, de contemplar las cosas divinas, pasara a las humanas, se comportase desmañadamente y quedara en ridículo por ver de modo confuso y, no acostumbrado aún en forma suficiente a las tinieblas circundantes, se viera forzado, en los tribunales o en cualquier otra parte, a disputar sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las cuales hay sombras, y a reñir sobre esto del modo en que esto es discutido por quienes jamás han visto la Justicia en sí.
—De ninguna manera sería extraño.
—Pero si alguien tiene sentido común, recuerda que los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz, y al considerar que esto es lo que le sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbada e incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es que al salir de una vida luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más luminoso, es obnubilada por el resplandor. Así, en un caso se felicitará de lo que le sucede y de la vida a que accede; mientras en el otro se apiadará, y, si se quiere reír de ella, su risa será menos absurda que si se descarga sobre el alma que desciende desde la luz.
—Debemos considerar entonces, si esto es verdad, que la educación no es como la proclaman algunos. Afirman que, cuando la ciencia no está en el alma, ellos la ponen, como si se pusiera la vista en ojos ciegos.
—Afirman eso, en efecto.
—Pues bien, el presente argumento indica que en el alma de cada uno hay el poder de aprender y el órgano para ello, y que, así como el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que tiene génesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz de soportar la contemplación de lo que es, y lo más luminoso de lo que es, que es lo que llamamos el Bien. ¿No es así?
—Sí.
—Por consiguiente, la educación sería el arte de volver este órgano del alma del modo más fácil y eficaz en que puede ser vuelto, mas no como si le infundiera la vista, puesto que ya la posee, sino, en caso de que se lo haya girado incorrectamente y no mire adonde debe, posibilitando la corrección.
—Así parece, en efecto.

________________________________________
Relació amb la pel.lícula: "Matrix"

Podeu veure la sèrie de TV3 "Merlí", sobre un professor de filosofia:

http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/merli/merli-plato-capitol-2/video/5552234/




WEBGRAFIA: