viernes, 10 de diciembre de 2021

DESCARTES. PEL·LÍCULA: "JOHNNY COGIÓ SU FUSIL" DE DALTON TRUMBO.

 

DESCARTES

"Johnny cogió su fusil" de Dalton Trumbo 

 

"¿Qué sentiríamos si descubriésemos que todo cuanto somos es pensamiento? ¿Qué ideas recorrerían nuestra mente si concluyésemos que estamos atrapados en un cuerpo que no podemos usar a nuestro antojo? ¿Quién nos consolaría si adivinásemos que nos hemos convertido en un trozo incomunicado de carne postrado en una cama?

Esa es la historia de Johnny cogió su fusil, una extraordinaria película clásica, una oda al pacifismo y a la reflexión pausada sobre la identidad y la incomunicación.

Durante el siglo XVII Descartes planteó el problema del solipsismo. Para deshacerse de todos aquellos prejuicios que pudiesen contaminar un conocimiento certero de la realidad decidió -dentro de un ejercicio de honestidad- dudar de todo, no dar por cierto ningún conocimiento que hubiese podido aceptar alegremente con anterioridad. Mientras dudaba absolutamente de todo "descubrió" con satisfacción que por mucho que "dudase" (de los objetos materiales, de la existencia de un cuerpo físico o incluso de  las verdades matemáticas, pues cabe pensar que 2 + 2  sean 5 y no 4...) al menos él mismo era una cosa que dudaba, y dudar implica pensar. Eso y no otra cosa es el cogito: adivinar la certeza de que por muy escépticos que seamos no podemos dudar de que dudamos -obvio-, no podemos dudar de que somos algo que PIENSA. Pero cuidado, hasta que logremos demostrar las demás cosas -que estoy despierto y no dormido, que existen los cuerpos físicos que creemos ver, que también existes tú, lector-, hasta que logremos demostrar esas cosas, insisto, sólo somos pensamiento solitario. A ese paso intermedio -y algo angustioso- se le denominó solipsismo cartesiano.

Es esa soledad de no sentirse más que un bicho pensante aquello que describe con maestría la película de Dalton Trumbo que hoy recomendamos. Dejamos un fragmento de la cinta, el momento en que el protagonista descubre que apenas tiene cuerpo, que no lo puede usar y que por ende no se puede comunicar; que está solo, infinitamente solo entre sus propios pensamientos."





Es posiblemente uno de los títulos más complicados y controvertidos a los que el espectador puede enfrentarse. No tanto por su discutible calidad cinematográfica, como por la potencia de su discurso. Habrá quienes se aferren al historial de su escritor/director Dalton Trumbo (uno de los grandes), pero una vez empieza el film no existen los nombres ni la historia, sólo Johnny y su agonía.

El ser humano reducido a la pura conciencia, aislado del mundo, un Gregor Samsa con fusil cuya vida de un giro radical en el momento que de él sólo queda lamente. La desgracia llevada al límite como excusa para hablar de religión, política, patriotismo, eutanasia, filosofía e incluso aborto. Un discurso que más que concienciar, pretende justificar e incomodar desde una imperfección académica.Joe (Timothy Bottoms) es un joven norteamericano que se alista al ejército en la 1º Guerra Mundial. Dejando atrás novia y familia acude a la llamada del deber convencido de hacer lo correcto. Toda su vitalidad e inocencia desaparecerán en laexplosión de una bomba, que le privará de brazos, piernas, boca, ojos y oído.

Convertido en un torso con vida, incapaz de comunicarse con el exterior, su caso será tomado como objeto de estudio, manteniéndolo con vida por piedad y ciencia. Con su cuerpo por prisión irá descubriendo poco a poco su situación y aprendiendo a entender su entorno con los pocos medios que le quedan.

Cierto es que la situación que plantea es totalmente límite, un estado cartesiano donde la única verdad viene del pensamiento, y la realidad y la ensoñación son dos estados indiferenciables. Mediante flashbacks veremos su vida pasada, y también parte de sus sueños y recuerdos. A través de ellos vemos la crítica política y el ataque directo al discurso religioso que prima lo espiritual sobre lo corporal. 

En su soledad e inmovilidad, se verá frustrado y decepcionado por todo lo que ha creído cierto, por haber tomado unos ideales que le han llevado a esa situación. En un diálogo con su padre vemos que ni tan sólo sus convicciones políticas son firmes, ya que desconoce lo que significa la palabra democracia, y menos aún sabe quienes son sus enemigos.

En los sueños que tiene el protagonista podemos entrever la mano que metió Buñuel, que en principio iba a dirigirlo y participó en el guión, y donde vemos los anhelos y temores del protagonista. Está claro que juzgar el film obviando el debate que propone, es complicado. En ése punto el film grandioso, con sólo un hombre en una camilla genera una serie de argumentos que muchos otros films con mucha más fanfarria no consiguen.Eso sí, se toma el riesgo de aburrir con una narrativa lenta, y sobretodo con unos flashbacks muchas veces innecesarios. Ayudan las excelentes interpretaciones deJason Robards y Donald Sutherland (representando a Cristo), pero queda claro desde e principio que el film no pretende ser un derroche de perfección académica, de buen hacer cinematográfico, sino el intento de un autor de plasmar su libro a la pantalla todo lo fielmente posible, rayando el ensayo.

En definitiva, estamos ante un film impresionante, a la par que polémico y complicado, de aquellos que no gusta recomendar. Para mí imprescindible, no por genial (sus fallos tiene) sino por diferente, único, y por ser la única vez que el genial Dalton Trumbo se puso detrás de la cámara.

Lo mejor: Las escenas en que Joe toma contacto con su nueva realidad.

Lo peor: Ciertos flashbacks que aportan más bien poco.

El dato: Se convirtió en film de culto cuando Metallica baso su videclip y canciónOne dicho film.



La Vanguardia

Un hombre que llevaba 8 años 'en coma' estaba en realidad consciente

Martin Pistorius quedó postrado en una cama a los 12 años cuando sufrió una meningitis criptocócica

Vida | 16/01/2015 - 14:54h | Última actualización: 16/01/2015 - 17:34h


Un hombre que llevaba 8 años 'en coma' estaba en realidad consciente


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Barcelona. (Redacción).- La historia de Martin Pistorius es sencillamente insólita. Y es que estar postrado en una cama durante ocho años es un drama para cualquiera. Pero si además todo el mundo piensa que estás en coma cuando en realidad eres consciente de todo lo que pasa a tu alrededor pues la cosa se complica.
Pistorius, sudafricano de 38 años, enfermó a los 12 de meningitis criptocócica, y en apenas dos años quedó postrado en un estado absolutamente vegetativo. Sin embargo, dos años después fue recuperando gradualmente la conciencia, aunque no sucedió lo mismo con la habilidad de moverse, hablar o establecer contacto visual. Así lo explicó él mismo en la radio norteamericana NPR .
Los siguientes ocho años permaneció, por decirlo gráficamente, encerrado en su propio cuerpo, mientras todo el mundo pensaba que estaba en coma. El problema principal es que cuando lo diagnosticaron, dos años después de enfermar, los médicos lo enviaron a casa al estar seguros de que no sobreviviría.
Sus padres lo cuidaban a diario -también lo llevaban a un centro médico-, aunque no tenían apenas esperanzas de que algún día se recuperara. A tal punto llegó su desesperación que un buen día su madre llegó a decirle "ojalá murieras". Ella, por aquel entonces, no sabía que su hijo podía escucharla.
Cuando Martin fue consciente de que nadie podía saber que realmente estaba consciente, decidió aprender a controlar su mente. Y no había para menos. Las enfermeras en el centro médico donde sus padres lo dejaban cada día solían hasta maltratarlo. Sin ir más lejos, lo podían dejar en un baño frío durante mucho tiempo.
Pero llegó un buen día en que se hartó de aquella situación y empezó a poner todo su empeño en aprender a moverse. Cuando tuvo ya más de 20 años de edad, aprendió a comunicarse a través de una palanca de mando, y con el tiempo, llegó a aprender a manejar una silla de ruedas. Posteriormente encontró su primer trabajo archivando papeles en una institución gubernamental.
Más tarde ingresaría en un colegio para estudiar ciencias de la computación y empezó su propia empresa de diseño. Escribió un libro, relatando su increíble historia y a los 33 años se casó. Ahora maneja una suerte de teclado que sonoriza lo que quiere comunicar y está aprendiendo a conducir, a pesar de estar en silla de ruedas. Sin duda, una fantástica historia de superación.








- Sarco, la máquina para el suicidio asistido que funciona incluso con pestañeos, ya es legal en Suiza

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Tétrico y terrible para muchos, bendición para otros. El invento Se llama Sarco, y es una cápsula de suicidio asistido que acaba de recibir la aprobación legal para poder ser utilizado en Suiza.

El sistema, creado hace años por Philip Nitshke, físico y humanista australiano que lleva años luchando por el derecho a la eutanasia y que ha sido calificado como 'el Elon Musk del suicidio asistido'. La cápsula permite a una persona controlar y activar el sistema y poder tener una muerte indolora en la que el paciente se duerme y muere rápidamente por la inhalación de nitrógeno.

Mueres dormido "sin pánico, sin sensación de ahogo"

Es uno de los grandes debates sociales: la eutanasia es una cuestión delicada pero que en ciertos países ya tiene validez legal, y Suiza es uno de los mejores ejemplos, aunque allí lo denominan "suicidio asistido", que no es exactamente lo mismo.

De hecho hay una gran diferencia: la eutanasia obliga a una segunda persona a administrar la muerte, pero con el suicidio asistido la segunda persona tan sólo facilita los instrumentos necesarios para que el paciente se quite la vida.

Sarco es precisamente una solución para ese problema, y tras ser diseñada hace años, esta cápsula ha recibido ahora la aprobación legal de los reguladores suizos, que permitirán que se use en este país.

La cápsula se puede construir con una impresora 3-D, y se activa desde el interior por parte de la persona que pretende morir. Se puede transportar a cualquier sitio en el que el paciente quiera proceder a activar el sistema, algo que puede hacer mediante un botón o incluso mediante pestañeos si la persona sufre parálisis.

Si lo hace, el sistema va inundando el interior de la cápsula con nitrógeno, reduciendo rápidamente el nivel de oxígeno del 21% al 1% en apenas 30 segundos. La persona sentirá una cierta desorientación e incluso una ligera euforia antes de perder la consciencia. La muerte se produce entre 5 y 10 minutos después por hipoxia e hipocapnia, privación de oxígeno y dióxido de carbono, respectivamente.

Según su creador, este sistema permite que la persona muera apaciblemente: "no hay pánico ni sensación de ahogo", explicaba Nitschke en una entrevista reciente. Por el momento solo hay dos prototipos de Sarco existentes pero que no son "estéticamente agradables" y no se destinarán a este uso. Un tercero se está fabricando en Holanda, y estará listo para poder ser utilizado en Suiza en 2022.

Hay aún opciones que se quieren añadir a Sarco, como una cámara que permita comunicación con personas en el exterior y que grabe el consentimiento informado de ese suicidio asistido, pero Nitschke quiere lograr que además no sea necesaria la presencia de un médico para un análisis psiquiátrico del paciente.



Webgrafia:

http://lacallemorgue.blogspot.com.es/2008/04/johnny-cogi-su-fusil-descartes-y-los.html 

https://www.elcomercio.com/tendencias/tecnologia/suiza-legaliza-maquina-suicidio-asistido.html


http://www.youtube.com/watch?v=pIWJ_UDaTnI

 https://www.youtube.com/watch?v=kBXanOlDeRg

 http://filostreet.blogspot.com.es/2014/07/johnny-cogio-su-fusil-o-el-solipsismo.html

https://www.xataka.com/medicina-y-salud/sarco-maquina-para-suicidio-asistido-que-funciona-incluso-pestaneos-legal-suiza

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